Érase una
vez un rey, que oyendo de la existencia de un sabio, lo mandó a traer para que
fuera su consejero. Comenzó el rey a llevarlo siempre a su lado y a consultarle
sobre cada acontecimiento de importancia en el reino. El consejo principal del
sabio era siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien". No pasó
mucho tiempo antes que el rey se cansara de oír la misma cosa una y otra vez.
El rey
amaba cazar. Un día mientras cazaba, el rey se dio un tiro en un pie. Preso de
su dolor, se volvió hacia su consejero - siempre a su lado- para pedirle su
opinión. Y el consejero respondió como siempre "Todo lo que pasa es
siempre para bien."
Se sumó su
coraje a su dolor, y el rey ordenó la prisión para el consejero. Esa noche, el rey bajó a la prisión para ver al consejero, y le preguntó
que sentía acerca de estar en la cárcel. El consejero respondió como siempre:
"Todo lo que pasa es siempre para bien." Esto sólo enfureció más al
rey y dejó al sabio en la prisión.
Un mes más
tarde, salió el rey otra vez a cazar. Pero se fue demasiado adelante de sus
acompañantes y fue capturado por una tribu hostil. Los nativos lo llevaron a su
pueblo para ofrecerlo como sacrificio para los dioses. Por sus tradiciones,
solamente ofrendas perfectas son aceptables a los dioses y el rey parecía un
espécimen excepcional. Pero el próximo día, cuando llegaron los nativos para
llevarlo al sacrificio, al inspeccionarlo descubrieron la cicatriz en su pie y
tuvieron que rechazarlo para el sacrificio. Lo soltaron y se fue como flecha
para su reino - dándose cuenta de lo que le decía su consejero: "Todo lo
que pasa es siempre para bien."
El rey
llegó a liberar al consejero, quien al escuchar sus aventuras, le señaló que
bien que lo había encarcelado porque ya que siempre estaba a su lado y no tenía
imperfecciones, lo hubieran sacrificado en el lugar del rey.
LEY: No
existen coincidencias, accidentes o suerte (buena o mala). Todo lo que pasa
tiene un propósito y siempre sucede para el bien de todos los involucrados.
Como dijo Nieztche: "Lo que no me mata, me hace más fuerte". Y como
dice un refrán mexicano: "No hay mal que por bien no venga". La
cuestión para ti es de enfoque: te vas a enfocar en lo "malo" que te
pasa, o vas a buscar y abrirte a lo "bueno" que trae consigo.
Thomas
Michael Powel
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